Si, voy a continuar con la historia de Saira que deje incompleta hace tiempo, por lo menos voy a escribir otros 27 capítulos de su novela o historia, como la quieran ver, les agradezco a todos los que me han permitido seguir con el proyecto del blog.
-Te presento-dijo Ernesto-a Carlos, Sebastian, Rodrigo y Alfonso, los mejores de mi regimiento.
Se inclinaron como señal de respeto, lo mismo hizo Saira para mostrar que ellos también eran merecedores de respeto.
-La dejo en sus capaces manos-dijo Ernesto al grupo de jóvenes-su padre fue muy amigo mio, por lo tanto, les pido que la traten como se debe.
-Muy bien, seguiremos sus instrucciones-respondió Rodrigo.
-¿Sabes algo de como luchar?-preguntó Carlos.
-No, no se nada-respondió Saira.
-¿Qué sabes hacer?-preguntó Sebastian
-Nada que pueda ser usado en la lucha.
Al decir esto, los cuatro jóvenes se reunieron.
-¿Cómo la entrenaremos si no sabe nada de pelea?-preguntó Alfonso
-No lo sé, pero tenemos, ya que lo prometimos y sabes que las promesas son sagradas por estas tierras-respondió Carlos.
-Podríamos empezar por enseñarle lo básico, al saber como va aprendiendo, podemos intensificar el ejercicio de forma que este lista para dentro de un mes-sugirió Sebastian.
-Pero si no lo hace, tendremos que encontrar otra forma de que aprenda a atacar y a defenderse correctamente de los enemigos, así como para ser sigilosa por si tiene alguna misión de espía-concluyó Rodrigo.
Los cuatro estuvieron de acuerdo y se separaron.
-Estamos decididos a hacerte varias pruebas para ver que habilidades escondidas tienes y así saber aprovecharlas para que entrenes de la mejor forma-le dijo Carlos.
-Muy bien, los seguiré hasta que mi entrenamiento este completo-respondió Saira.
-Entonces, que comiencen las pruebas-concluyó Rodrigo.
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